La vitamina D es conocida como la vitamina de la luz del sol debido a que es producida por el organismo al recibir los rayos solares en forma directa
La vitamina D es imprescindible para la absorción del calcio y el fósforo, dos minerales esenciales para la formación y mantenimiento de los huesos.
Además de estas importantes funciones la vitamina D participa en el crecimiento y maduración de las células. Fortalece el sistema inmunológico y ayuda a mantener los niveles de calcio en el organismo, el cual interviene en la transmisión de los impulsos nerviosos.